martes, 8 de febrero de 2011
El bienestar de la infancia, una meta nacional
Federico Arnillas L. Presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza
Las nuevas autoridades regionales, tras dar vuelta a la página electoral y ya al frente de sus respectivos gobiernos, se reunieron el 4 de febrero en Lima para ratificar acuerdos y compromisos de campaña en sus respectivas regiones y hacer de estos la base de metas nacionales.
El gran desafío que han vislumbrado en este primer encuentro es lograr cambios en los próximos cinco años para el país y su infancia.
Esta revalidación como autoridades, de compromisos y metas asumidas como candidatos, es un paso adelante en materia de los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes, y a favor de un desarrollo humano integral.
A su vez, la ratificación de ofertas electorales es también un mensaje y una propuesta para quienes disputan en estos días ganar el voto ciudadano a favor de su respectiva candidatura presidencial.
Las metas convalidadas por las regiones permiten proyectar a nivel de país una reducción de al menos seis puntos porcentuales en materia de desnutrición crónica, lo que nos permitiría llegar a 12%, y en el caso de anemia en menores de 36 meses, bajar de 50.4% a 25% entre la situación que existía a 2009, que se tomó como línea de base, y 2016.
Para el mismo período se estima reducir en 35% el número de muertes maternas, y bajar la mortalidad neonatal a no más de 8 por mil nacidos vivos, como nuevo promedio nacional.
Se espera también contribuir a bajar la pobreza monetaria que afecta a amplios sectores del país. Estas metas constituyen el contenido central del primer párrafo del acuerdo suscrito en el Tercer Encuentro Nacional de Presidentes Regionales.
En las metas mencionadas se prevé que estas mejoras en condiciones y calidad de vida de la población sean más fuertes y significativas en las zonas rurales, en especial en las de mayor presencia de población indígena, donde hoy se dan altos niveles de exclusión e inequidad. De lograrlo, se estará contribuyendo, además, a reducir las desigualdades existentes en el país.
Al enfrentar los problemas de desnutrición crónica y anemia, así como los de mortalidad materna y neonatal, se hace frente a una prioridad incuestionable, ya que la prevalencia de estos en el país implica la pérdida de vidas y de capacidades humanas irrecuperables.
Medidas y acciones orientadas al logro de dichas metas buscan quebrar la cadena de la transmisión de la pobreza de padres a hijos. A su vez, al mejorar las condiciones de vida de la población optimizando la cobertura de los servicios públicos universales que se requieren para alcanzar las metas propuestas, también se está llevando al país a un escenario de más equidad entre las poblaciones de las diversas regiones.
La ratificación como autoridades en ejercicio de compromisos asumidos en campaña, en un contexto electoral como el actual, tiene aún otras implicancias, ya que además de poner sobre el tapete un tema importante, lanza un mensaje, una invitación a las futuras autoridades nacionales.
Por eso, al hacer la convalidación de compromisos, las nuevas autoridades regionales han extendido una invitación a las y los candidatos presidenciales; una invitación a hacer suyos estos temas como política de Estado y a asumir en torno a ellos un compromiso ahora como candidatos o candidatas; y mañana como autoridad nacional electa para lograr alcanzar esas metas en un trabajo concertado.
Desde el punto de vista país, y en especial desde el punto de vista de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, un gesto de ese tipo es sumamente valioso, pues abre la posibilidad de que en este nuevo quinquenio gubernamental podamos tener continuidad y profundización de políticas públicas concertadas y construidas a nivel de metas “de abajo hacia arriba”.
Articulo publicado en el diario El Peruano
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